domingo, 31 de octubre de 2010

(SiK)

“Un líder como Kirchner es irreemplazable y, al unísono, no tiene reposo. No sólo porque el hombre era poco afecto a parar sino porque los grandes referentes siguen batallando después de muertos”. Mario Wainfeld, en Página 12.

Jugó un partido a deshora. Vino de sorpresa, cayó inesperadamente. Esta sociedad ni lo conocía ni sabia lo que iba a hacer. Néstor Kirchner nos convocó a imaginar que es posible una Argentina diferente, una Argentina igualitaria, más democrática”. El filósofo Ricardo Forster, en 678, por Canal 7.

“Kirchner le devolvió al peronismo lo que Menem le había robado”. Gabriel Schultz, en Basta de Todo, por radio Metro.
“Desde el día en el que hizo descolgar los cuadros de los asesinos, se hizo evidente que él hacía cosas que nadie antes había hecho, y no porque era imposible, sino porque faltaba estrategia, coraje, confianza, autoridad”. Sandra Russo, panelista de 678.

“Si la palabra pasión aún puede aplicarse a alguna persona, indudablemente estaba destinada al ex presidente Kirchner”. Víctor Hugo Morales, en Continental.

“Quería hablar de su magnífica condición impresentable. Y terminar con tres rasgos que cualquier imbécil asesor de imagen o de verso equivalente despreciaría: las biromes berretas con que firmaba decretos y rubricaba acuerdos; el traje cruzado fuera de moda y oportunidad, siempre; la tendencia –memorable, desde el primer día, a la salida del Congreso– a zambullirse entre la gente, sacado, regalado.” Juan Sasturain, en Página 12.

“Ningún fuego es igual a otro fuego. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros fuegos arden la vida con tantas ganas que se pueden mirar sin parpadear y quien se acerca se enciende. Néstor Kirchner fue uno de esos fuegos y será difícil apagarlo”. Eduardo Galeano.

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