lunes, 27 de septiembre de 2010

Entrevista a Lucas Carrasco, el "bloguero K"


Lucas Carrasco es periodista y trabaja en Radio Nacional de Entre Ríos. La semana pasada fue noticia porque, según el grupo Clarín, amenazó de muerte a Alfredo Leuco en su blog República unida de la soja. El diario lo catalogaba como "un bloguero K" amigo de Aníbal Fernandez. Pero, finalmente, alguien leyó el post completo y descubrió que sólo se trataba de una especie de declaración de amor a una chica, Agustina. El “gil” que nombra Carrasco es Juan Cruz Sanz, su contrincante, que trabaja con Leuco en Le doy mi palabra, por Canal 26. “Voy a entrar con una metralleta a ese programa. Voy a matar a todos”, publicó irónicamente. Luego el bloguero aclaró que escribía “para levantarse minas”.

-¿Cómo viviste esta semana?
-No estoy acostumbrado, pero no me afecta del mismo modo que a esta chica Agustina, porque tiene 20 años, no tiene una formación vinculada con esto, tampoco ni siquiera una formación política que le permita comprender las distintas variables que llevaron a esto. Estoy sorprendido, es una operación muy vulgar, muy tonta. Al principio me dio bronca porque lo que yo publico en el blog como explicación, obviamente no lo dijo Leuco, ni salió en Clarín o en La Nación.

-¿Qué fue lo que paso en realidad?
-Fue hace diez días, en una fiesta de una agrupación kirchnerista. Estábamos jodiendo con el pibe que trabaja con Leuco, Juan Cruz Sanz, que había ido con Agustina. No hubo ninguna disputa. Él se la chamuyaba, y es legítimo que lo haga. Pero después se ve que Sanz operó con Leuco, y se agarraron de eso. Ya sabía lo que iba a pasar, pero lo iban postergando, se ve que muy asustado no estaba. El día que lo iba a decir en la radio publiqué de nuevo lo que había escrito porque sabía que lo iba a sacar de contexto. Porque cualquier cosa puede ser sacada de contexto, y puede tener un tono dramático, amenazador. Pero ni siquiera hablo de Leuco, hablo del que trabaja con Leuco.

-¿Cómo te esteraste?
-Este muchacho, Juan Cruz Sanz, se lo dijo a Agustina, y ella me avisó a mi. Leuco no lo hizo público diez días antes porque primero tenía que organizar una operación de victimización, ponerse de acuerdo con Clarín, con La Nación, para que tenga algún rebote. Si yo me voy a victimizar, tiene que tener alguna repercusión porque sino lo que estoy mostrando es que nadie me toma en serio. Además ese día coincidió con la denuncia penal de delitos de lesa humanidad que hace el gobierno a los directivos de La Nación y de Clarín.

-¿La nota que se publicó en Clarín fue por falta de rigor o no le importó quedar en ridículo?
-Hace un tiempo que no le importa nada. Hay una porción de la población que adhiere al gobierno; otro que esta rabiosamente en contra, que es donde se ubica Clarín; y hay un sector en el medio que oscila, que en el 2009 estaba en contra del gobierno, y ahora una parte está a favor. Esa gente no va a ir a buscar la fuente de una noticia por más que la tenga de fácil acceso. Igual, tampoco le da tanta trascendencia, no hubo ninguna movilización a favor de la vida de Leuco y de los chicos del canal 26. Nadie lo toma al pie de la letra.

-Pero alcanzaba con ver el post completo para darse cuenta de que no era una amenaza…
-Están apostando a una metodología periodística que es tirar grandes bombas, que como no tienen sustento se mueren enseguida. Entonces, un día yo quiero matar a todos, y al otro día alguien le piso el talón a Van der Kooy, entonces eso se enmarca para decir que hay una ataque a la prensa, como el caso de papel prensa o la ley de medios. Lo que quieren conseguir es un relato cultural en donde son el payador perseguido.

-¿Qué opinás de los periodistas reconocidos que ahora responden a los intereses de los multimedios?
-En términos políticos la síntesis sería que contra Menem estábamos mejor. Pero después hay otros fenómenos: cómo se lee el kirchnerismo y esta etapa de división social, y otra serie de elementos que tiene que ver con la aparición de nuevas tecnologías que le generan ruido al periodismo tradicional, porque pierde privilegios. El modo de estos periodistas, que son empresarios, es “yo estoy acá porque soy un capo”. Entonces si un pibe hace correr otra versión o me ridiculiza en Twitter y hay 10 mil personas que se empiezan a reír de eso, el tipo piensa “¿Quién te legitima empresarialmente para estar a mi altura?”

-¿Conocés a Aníbal Fernández?
-Lo conozco porque lo entreviste por teléfono, y hable un par de veces con él. A mi me resulta completamente irrelevante lo que Aníbal Fernández opine, más allá de la talla política, de que coincido en casi un 90% con lo que dice, aunque hay cosas que dice que no estoy de acuerdo, y no hay ningún drama. Presuponer que yo lo voy a llamar a Aníbal Fernández para ver si tengo que salir con Agustina o mi ex novia, es una estupidez.

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